Orando con el Maestro

Jesús insistió en que Su casa sería una casa de oración (Lc.19:46 / Is.56:7). Un aspecto central de la vida y del ministerio de nuestro Señor Jesucristo es la oración. Los discípulos estaban tan fascinados con ese aspecto de la vida y ministerio de Jesús que le pidieron específicamente que les enseñara a orar.

“Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se le acercó y le dijo: —Señor, enséñanos a orar, así como Juan les enseñó a sus discípulos” (Lc.11:1) NTV.

Un aspecto central de la vida y del ministerio de nuestro Señor Jesucristo es la oración. Los discípulos estaban tan fascinados con ese aspecto de la vida y ministerio de Jesús que le pidieron específicamente que les enseñara a orar.

En los Evangelios notamos que es Lucas quien principalmente resalta este aspecto de la vida y del ministerio de Jesús. De hecho, hay quienes han denominado este Evangelio como el ‘Evangelio de la oración’ (Lc.3:21 / Lc.5:16 / Lc.6:12 / Lc.9:18 / Lc.9:29 / Lc.10:2 / Lc.11:1 / Lc.22:32 / Lc.22:40 / Lc.11:1-13 / Lc.18:1-14 / Lc.21:36 / Lc.23:34,46 / Lc.6:28 / Lc.19:46). 

Jesús insistió en que Su casa sería una casa de oración (Lc.19:46 / Is.56:7).  ¿Será que una mirada atenta a este aspecto nos puede enriquecer nuestra propia vida de oración, acrecentar nuestra fe e impulsar nuestro ministerio a nuevos niveles de impacto?

La vida de oración de Jesús – características

“A la mañana siguiente, antes del amanecer, Jesús se levantó y fue a un lugar aislado para orar” (Mr.1:35) NTV.

“Luego, acompañado por sus discípulos, Jesús salió del cuarto en el piso de arriba y, como de costumbre, fue al monte de los Olivos. Allí les dijo: «Oren para que no cedan a la tentación». Se alejó a una distancia como de un tiro de piedra, se arrodilló y oró: «Padre, si quieres, te pido que quites esta copa de sufrimiento de mí. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía». Entonces apareció un ángel del cielo y lo fortaleció. Oró con más fervor, y estaba en tal agonía de espíritu que su sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre. Finalmente se puso de pie y regresó adonde estaban sus discípulos, pero los encontró dormidos, exhaustos por la tristeza. «¿Por qué duermen? —les preguntó —. Levántense y oren para que no cedan ante la tentación” (Lc.22:39-46) NTV.

No hay duda, una de las características notables es que Jesús tenía por costumbre orar (Lc.11:1 / Mr.1:35 / Sal.109:4 Lc.5:15). Muchas veces se alejaba al desierto a orar (Lc.5:16) o a una montaña (Lc.6:12). Es interesante notar que el lugar que frecuentaba durante su ministerio, el monte de los Olivos, llegó a ser el lugar donde en oración batalló la más ardua e importante lucha antes de encaminarse hacia la cruz (Lc.22:39-40 / Mt.26:36-38 / Lc.21:37).

La costumbre de orar la ejercía frecuentemente solo y en sitios aislados, superando todo legalismo de lugar, hora, forma y motivos (Mr.1:35 / Mr.6:46-48 / Lc.4:42 / Lc.6:12 / Lc.9:18 / Jn.6:15); pero también oraba en público (Mr.1:21,39 —las sinagogas eran lugares de oración, enseñanza, alabanzas a Dios, lectura y reflexión de la Palabra de Dios —Jesús frecuentaba ese lugar (Mr.6:2 / Lc.4:16 / Lc.11:1 / Lc.22:39-46 / Jn.11:41-44).

La oración de Jesús estaba integrada completamente en Su vida y en Su misión (Mr.6:46 / Mr.7:34 / Mr.8:8 / Mr.14:32 / Mr.15:34). 

    • Antes de comenzar con Su ministerio, se retiró al desierto a orar y ayunar (Lc.4:1-2). 
    • Antes de elegir a los discípulos pasó toda una noche orando (Lc.6:12-16). 
    • Antes de anunciar Su muerte pasó tiempo en oración (Lc.9:18-22,28-31). 
    • Antes de enfrentar el camino hacia la cruz pasó un tiempo muy intenso de oración (Lc.22:41-46). 
    • Jesús oró por Pedro para que su fe no fallará en medio de los desafíos de la vida y de las circunstancias dolorosas y para que pudiera consolar a los hermanos (Lc.22:31-34). 
    • Jesús oró por los discípulos y por el pueblo que había de añadirse a la congregación de los santos (Jn.17). 
    • Jesús les pidió a Sus discípulos que oraran por obreros para la cosecha (Mt.9:35-38). 

Querer hacer lo que Jesús hizo sin considerar nuestra dependencia de Dios expresada por medio de la oración puede dar fácilmente como resultado un activismo sin poder.

Jesús se dirigía a Dios llamándolo Padre —salvo en una oración en la cruz (Mr.15:34). Abba es una expresión que habla de intimidad y de dependencia. Esta expresión no se encuentra en las oraciones judías, sin embargo, Jesús la usó y nos anima a usarla (Mt.26:42 / Lc.2:49 / Lc.10:21 / Lc.11:2 / Lc.22:42 / Lc.23:34,46 / Jn.11:41 / Jn.14:16,23,26 / Jn.15:16 / Jn.17:1,5,11,21,24 / Jn.10:15,17-18,25,29-30,32,38 / Mt.6:9).

Jesús empleó las Escrituras para orar (Mt.26:46 / Mt.4:1-11). Jesús utilizó dos herramientas clave para enfrentar tentaciones y tiempos difíciles: el uso correcto de la Palabra de Dios y la oración (Mt.4:1-11 / Mr.15:34 / Mt.26:41 / Jn.15:7).

’Solo en Jesucristo podemos orar, con Él también somos escuchados. Así que tenemos que aprender a orar. El niño aprende a hablar porque el padre le habla; aprende el idioma del padre. Entonces aprendemos a hablarle a Dios, porque Dios nos ha hablado y nos habla. Al escuchar el lenguaje del Padre en el cielo, sus hijos aprenden a hablar con Él. Repitiendo las palabras del Padre, comenzamos a orar a Él. No en el lenguaje equivocado y confuso de nuestro corazón, sino en el lenguaje claro y puro que Dios nos ha hablado en Jesucristo; hablemos con Dios y Él nos escuchará. El lenguaje de Dios en Jesucristo se encuentra en las Escrituras. Si queremos orar con certeza y alegría, la palabra de la Sagrada Escritura tendrá que ser el terreno firme de nuestra oración. Aquí sabemos que Jesucristo, la Palabra de Dios, nos enseña a orar. Las palabras que vienen de Dios serán los escalones que nos acercan a Dios’ (Dietrich Bonhoeffer).

Reflexión

[1] ¿Cuál es la lección más importante que ha aprendido al estudiar este mensaje?

 [2] ¿Cuál es el área en su vida que requiere ahora de trabajo, de cambios, de atención? Sea específico.

 [3] ¿Qué pasos específicos va a dar para aplicar las lecciones aprendidas durante este mensaje? ¿Cuándo lo hará?

 [4] Concluya sus reflexiones anotando una declaración de compromiso:

 [5] ¿Cómo puede orar la iglesia (el grupo) por usted considerando las lecciones que aprendió?

Mis apuntes

Liderazgo eclesial – guiar a la adoración

Liderazgo eclesial – guiar a la adoración

Entre todas las funciones que debe cumplir la iglesia del Nuevo Testamento, tales como la predicación, la enseñanza, la evangelización, la comunión entre los hermanos, el servicio a los necesitados, etc., no debemos olvidar que la verdadera adoración debe ocupar el lugar predominante en nuestra vida personal y en la vida de la iglesia.

Liderazgo eclesial – Embajadores

Liderazgo eclesial – Embajadores

La labor del liderazgo pastoral, según el apóstol Pedro, debe caracterizarse por la humildad, el servicio voluntario y el sincero deseo de cuidar y guiar al rebaño de Dios. Los pastores deben seguir el ejemplo de Jesús, el Buen Pastor, protegiendo y fortaleciendo a las ovejas, y liderando con integridad y amor.

Liderazgo Eclesial – Pastores como Dios quiere (1Pe.5:1-4)

Liderazgo Eclesial – Pastores como Dios quiere (1Pe.5:1-4)

La labor del liderazgo pastoral, según el apóstol Pedro, debe caracterizarse por la humildad, el servicio voluntario y el sincero deseo de cuidar y guiar al rebaño de Dios. Los pastores deben seguir el ejemplo de Jesús, el Buen Pastor, protegiendo y fortaleciendo a las ovejas, y liderando con integridad y amor.

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