‘De tal manera…’

(Jn.3:16)

Ciertos versículos bíblicos, como Juan 3:16, son tan conocidos que, a veces, se recitan sin comprender su profundidad. Se convierten en frases vacías, clichés religiosos que pierden su impacto. La Biblia no es un libro de frases bonitas, sino una guía para vivir con propósito y significado. Acérquese a ella con un corazón abierto y dispuesto a aprender.

“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Jn.3:16) NTV

Hay versículos de la Biblia que son los favoritos de toda la gente, o que se usan frecuentemente, pero al usarlos parece que se tornan en frases vacías o en frases con muy poca profundidad o en simples expresiones religiosas; y perdemos la fascinación por ellos. Es importante parar y revisar estos versículos y estudiar de nuevo el mensaje que ellos nos comunican. A veces es necesario buscar citas paralelas en el mismo libro o carta para ver cómo son allí profundizados o aclarados. Uno de esos versículos es Jn.3:16. Les presento acá mis notas que escribía mientras volvía a meditar en este versículo tan conocido y frecuentemente recitado por la gente (Y como siempre, recomiendo leer todas y cada una de las citas bíblicas acá anotadas; es la Palabra de Dios que cambia nuestra vida):

[1] El peligro que este versículo nos muestra radica en que se pierda una persona. Todos estamos, por naturaleza, en el camino a la perdición.

    • La razón del peligro: Aunque la luz llegó al mundo, la gente ama más la oscuridad, porque sus obras son malvadas (Jn.1:1-12). Además, la gente odia la luz porque temen ser descubiertos o expuestos. No somos gente que por naturaleza ama a Dios; no amamos a la luz ni a la santidad (Jn.3:19-21 / Rom.3:9,23 / Rom.1:28-32).
    • ¿Qué significa que el humano se pierde? El perderse tiene que ver con ser condenado; esto es una situación legal de juicio. Un juez dictamina un juicio. Quien no cree en Jesucristo es declarado culpable y es condenado (Jn.16:18).
    • El versículo en Jn.3:36 nos reitera que la persona que cree en el Hijo de Dios tiene vida eterna y los que no obedecen nunca tendrán vida eterna; la fe y la obediencia son parientes. La fe obedece y la obediencia es la expresión de la fe. Además, quien no cree permanece bajo el juicio de Dios; entonces la condenación es permanecer bajo la sentencia de perdición.
    • ¿Qué incluye ese juicio? Todos los que adoran los dioses falsos beberán del vino de la ira de Dios, serán atormentados con fuego y azufre por siempre y sin alivio (Apoc.14:10-11).
    • Todos los que estarán en las tumbas escucharán un día la voz del Hijo de Dios y resucitarán; y los que han hecho el bien (obras nacidas en la fe en Cristo) resucitan para vida eterna. Los que continuaron en su maldad resucitan para sufrir el juicio (Jn.5:28-29).
    • La perdición entonces es: condenación (Jn.3:18); es permanecer bajo la ira de Dios (Jn.3:36); es vivir tormento (Apoc.14:10); es por siempre (Apoc.14:11 / Jn.3:36), se experimentará en un cuerpo (Jn.5:28-29).

[2] El plan de Dios: Dios amó al mundo y dio a su unigénito Hijo para que nos rescatara de la perdición.

    • El amor de Dios, al costo de la vida de Su Hijo, nos rescata de la ira de Dios. Dios nos rescata porque nos ama. Nuestro mayor problema no es la corrupción, el pecado, la enfermedad, el diablo, las guerras, etc. Nuestro mayor problema es el Dios Santo. Dios nos declara culpables y nos ha sentenciado a vivir bajo tormentos por siempre. SIN EMBARGO, es Dios mismo quien viene con Su Hijo y nos ofrece el rescate. La gran tragedia: “A lo Suyo vino, y los Suyos no lo recibieron” (Jn.1:11) NBLA.
    • Dios tiene un Hijo. Para aclarar este tema y no entrar en debates innecesarios debemos ir a Jn.1:1-2,14. La Palabra existía desde el principio, estaba con Dios y era Dios, y esta Palabra se hizo carne; el Hijo de Dios no llega a ser o a existir a través de una procreación, él es eterno. Este es uno de los grandes misterios de la trinidad. El Hijo es coeterno con el Padre y tiene las mismas características que Dios Padre (Hebr.1:1-3). Jesús es Hijo desde y por la eternidad, Él es la segunda persona en la Trinidad; nosotros somos hijos de Dios por adopción (Gal.4:4-7). 
    • “De tal manera amó Dios al mundo”: No habla de una cierta cantidad impresionante o medible de amor, sino de una manera o característica de amor. La manera es que Dios ofrece a Su Hijo como rescate. Para salvar vino; el Padre dio al Hijo para morir y pagar por el rescate de los humanos (Jn.12:27-33 / Rom.8:32 / Jn.18:11 / Rom.5:8-10 / 2Cor.5:19-21 / 1Jn.4:9-10). Los soldados exponen sus vidas para defender a un pueblo. Los padres se sacrifican a diario por los hijos y su bienestar. ¿Pero quién muere por sus enemigos? Así es como Dios ama al mundo.
    • “Para que todo el que crea…”, para el rico, el pobre, el hombre o la mujer, el terrible pecador o el ‘menos’ terrible pecador; si cree en el Hijo de Dios, recibe vida eterna. Este amor es para todos los humanos (Jn.3:14-16 / 1Tim.1:15-16). SIN EMBARGO, aunque Dios ama al mundo, a los que se acercan a Él por medio de la fe van a experimentar el amor de manera especial y único de Dios (Jn.17:9.23 / Jn.14:21 / Jn.13:1 / Rom.8:32).

[3] La responsabilidad del humano es creer; la salvación no es por obras.

    • ¿Cómo nos conecta con Dios el creer? El amor de Dios y la obra de Cristo no tiene efecto alguno en una persona sin la fe por medio de la cual podemos ser salvos. Lo que une el amor de Dios con la vida eterna es la fe en Cristo (Jn.3:36 / Gal.3:22).
    • “que todo el que crea en él” está en forma presente, no en pasado; es una fe continua. Quien permanece en Su Palabra es un verdadero discípulo (Jn.8:31-32 / Jn.20:31).
    • Es importante notar en Jn.20:31 la mención del contenido de la fe: que Cristo es el Mesías, el Hijo de Dios. Pero cuidado, el diablo también cree que Jesús es el Santo de Dios (Lc.4:34). ¿Qué es lo que el apóstol Juan dice cuando habla de creer en Cristo? Creer en Él es recibirlo; “A lo Suyo vino, y los Suyos no lo recibieron. Pero a todos los que lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre” (Jn.1:11-12). No es que ya entendamos en todas sus dimensiones quién es Dios, pero creemos en lo que ya se nos ha revelado acerca de Él; y mientras seguimos creciendo en conocimiento de Él, vamos recibiendo lo que Él es para nosotros. Creemos en Jesús para no seguir con hambre o con sed (Jn.7:37-39). No es un mero creer de ciertos hechos. La fe es una acción continua, es un acercarse a Cristo, tiene que ver con obedecerlo como un estilo de vida (Jn.6:35 / Col.3:1-11).

[4] El destino: La vida eterna para todo aquel que cree en Jesucristo Salvador. 

    • La vida eterna, no es solamente la extensión de la existencia, sino la calidad de vida en Cristo (Jn.1:4 / Jn.14:6). La vida eterna es por medio de la Palabra de Dios (Jn.6:68 / Jn.17:20). El que nos acerquemos a Cristo es un don (regalo) de Dios (Jn.6:44). Es por medio de la unión con Cristo. Es importante permanecer en Él (Jn.15:5).
    • La vida eterna es una realidad presente y no meramente futura. No estamos esperando recibir vida eterna, ya la tenemos cuando creemos en Jesucristo (Jn.5:24).
    • La vida eterna es una relación personal e íntima con Dios el Padre y con Cristo (Jn.17:3). Esta relación no va a ser interrumpida por la muerte. Más bien vamos a experimentar en la muerte física la unión total con Cristo (Jn.11:25-26).
    • La última fase es la resurrección (Jn.6:40). Es vida eterna (Jn.3:16).

Recuerda: Juan 3:16 es un versículo poderoso que resume el mensaje central del evangelio. Al meditar en él y aplicarlo a su vida, puede experimentar la transformación que solo Dios puede ofrecer.

Medite en el amor de Dios que le ofrece la salvación a través de Jesucristo. Acepte este regalo con fe y gratitud, y viva una vida que demuestre el poder transformador del Evangelio.

Adelante, comparta el mensaje de esperanza y salvación con aquellos que aún no conocen a Jesucristo.

Reflexión

  • ¿En qué sentido estamos todos, por naturaleza, en el camino a la perdición? ¿Qué significa que el humano se pierde? ¿Qué incluye el juicio de Dios para aquellos que no creen en Jesucristo? ¿Cómo se siente frente a esta realidad?
  • ¿Qué características del amor de Dios se manifiestan en el hecho de dar a su Hijo unigénito? ¿De qué manera puede expresar su agradecimiento y amor a Dios en respuesta a su gran sacrificio?
  • ¿Qué obras no nos pueden salvar? ¿Qué tipo de fe es necesaria para recibir la vida eterna? ¿Cómo se puede cultivar una fe continua en Cristo? ¿De qué manera la obediencia a Cristo se relaciona con la fe?
  • ¿Qué acciones específicas debe tomar para demostrar su fe en Jesucristo? ¿Cómo se puede discernir la verdadera fe de una simple profesión religiosa? ¿De qué manera puede usted ayudar a otros a creer en Jesucristo y alcanzar la vida eterna?
  • ¿Qué características definen la vida eterna que ofrece Jesucristo? ¿Cómo puede experimentar la vida eterna de manera presente y no solo como una promesa futura? ¿De qué manera la vida eterna transforma mi perspectiva sobre la muerte y el futuro?

Mis apuntes

Liderazgo eclesial – guiar a la adoración

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Entre todas las funciones que debe cumplir la iglesia del Nuevo Testamento, tales como la predicación, la enseñanza, la evangelización, la comunión entre los hermanos, el servicio a los necesitados, etc., no debemos olvidar que la verdadera adoración debe ocupar el lugar predominante en nuestra vida personal y en la vida de la iglesia.

Liderazgo eclesial – Embajadores

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La labor del liderazgo pastoral, según el apóstol Pedro, debe caracterizarse por la humildad, el servicio voluntario y el sincero deseo de cuidar y guiar al rebaño de Dios. Los pastores deben seguir el ejemplo de Jesús, el Buen Pastor, protegiendo y fortaleciendo a las ovejas, y liderando con integridad y amor.

Liderazgo Eclesial – Pastores como Dios quiere (1Pe.5:1-4)

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La labor del liderazgo pastoral, según el apóstol Pedro, debe caracterizarse por la humildad, el servicio voluntario y el sincero deseo de cuidar y guiar al rebaño de Dios. Los pastores deben seguir el ejemplo de Jesús, el Buen Pastor, protegiendo y fortaleciendo a las ovejas, y liderando con integridad y amor.

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